El río Segura a su paso por Calasparra y Cieza, descubre uno de los paisajes más sorprendentes y bonitos de la Región de Murcia. Este Espacio Natural Protegido es un desfiladero que posee una profundidad en algunos de sus tramos de hasta 150m. El Cañón de Almadenes aparece con un paisaje insólito en las últimas estribaciones de las sierras del Molino, la Palera y el Almorchón, limitado en su margen izquierdo por el sinclinal de Calasparra y el Alto de la Serreta. Las vistas a pie desde la parte alta del cañón son espectaculares, apareciendo ante los ojos del viajero formaciones cársticas peculiares gracias a las que se forman también sugerencias de agua espontáneas. La vegetación abundante, está formado por bosque de ribera donde se pueden ver chopos, olmos, alisos, fresnos, sauces, junto a vegetación arbustiva. Esta vegetación arbustiva es la cual se da en las laderas del cañón, donde se combina con algún árbol aislado. La fauna ligada al río es la nutria, la población más importante de toda Murcia, galápago leproso y cangrejo de río autóctono. Están catalogadas en esta zona varias especies de murciélagos de interés, como aves, el pito, el mirlo y nuestro Martín Pescador.

Habitado desde el Paleolítico, las cuevas y abrigos rocosos de sus escarpes fueron el lugar elegido por pobladores prehistóricos para refugiarse, atraídos por la riqueza de recursos naturales de un área recorrida por el río Segura, donde las tierras son fértiles para el aprovechamiento agrícola y ganadero. Ejemplo de ello son Los Abrigos del Pozo en Calasparra, declarados por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, o La Cueva-Sima de la serreta en Cieza.

Aquellas personas amantes de la naturaleza y de los lugares aún no dañados por la mano del hombre verán en el Cañón de los Almadenes un paraje de una belleza singular. Por un lado, de una rica biodiversidad en cuanto a la flora porque podemos encontrar álamos, fresnos y sauces, y por otro lado una fauna especial donde destacamos el búho real, el águila culebrera e incluso la nutria.

El atractivo turístico del enclave se complementa con la práctica de deportes de aventura como el senderismo, barranquismo y, sobretodo, el paseo fluvial en barca neumática o kayak que ofrece al visitante el descenso por el cañón sin tener en cuenta la forma física o la edad.